THE HOUSE ALWAYS WINS
En unas cuántas semanas me voy a ir a visitar la ciudad del pecado: Las Vegas. Estoy muy emocionada porque no he ido NUNCA en mi vida (¡Ya se! Muchos han de decir “¿A poco no conoces? Yo he ido como 5 veces este año”).
Para ser sincera, no creo que vaya apostar porque se me hace que es pura tiradera de dinero. Yo me muero por ver por lo menos un buen “show” y a la gente botándose lo poco que tiene con la esperanza de ganar más. Muchos logran multiplicar su inversión pero en la mayoría de los casos LA CASA GANA.
¿Para qué hacernos tontos? La casa es la que sabe bien cómo barajar las cartas a conveniencia. Dependiendo de cómo les vaya yendo a los jugadores, los encargados de las mesas son los que terminan eligiendo entre el as de corazones y el rey de espadas.
Y ahora me puse a pensar… ¿Será que nuestras vidas son como un casino? ¿Un juego de azar en el que aceptamos las cartas que nos ha dado el destino o las aprendemos a barajar según nuestra conveniencia?
A unos les toca una buena mano, a otros no pero la aprenden a mejorar con lo que les entregan los de la casa y otros de plano no saben jugar. A los afortunados con el buen juego les gusta arriesgar más para ganar más. Ya sea para ellos mismos o para ayudar a los demás. A los que lo están mejorando, lo apuestan pero con cautela y los que de plano no saben; o intentan aprender con lo poco que tienen, o se “tiran a perder” porque esta vida no les dio “pa’ más”.
Alguien que arriesgó todo por ella y por los demás es Ingrid Betancourt. Política y activista Colombiana secuestrada hace 5 años por los integrantes del FARC. Una mujer preparada, con ansias de ayudar a su país para salir de la ola de violencia y corrupción por la que está pasando. Apostó su juego pero los “dealers” que se encontraban alrededor de ella se encargaron de barajar sus valores de acuerdo a su propia conveniencia.
Ha habido varios “intentos” de negociación., intercambiar revolucionarios que han sido aprehendidos para liberar a ella y a otros prisioneros políticos, pero no se ha llegado a algún acuerdo ¿O no se ha QUERIDO llegar a algún acuerdo? ¿Por qué se tienen que soltar a los que generan violencia para que los que luchan por su país queden en libertad? ¿Acaso debe de haber un equilibrio entre el bien y el mal? ¿Será que nunca podrá existir una sociedad en donde el bien prevalezca?
Son cinco años desde que Ingrid y su amiga Clara fueron secuestradas, ¿Cuántas personas más han sido separadas de sus familias por intereses sociopolíticos? ¿Hasta cuándo la casa dejará de barajar las cartas a su conveniencia? ¿Hasta cuándo la gente que se acerca a sus mesas con sueños e ilusiones podrá ganar? El que no arriesga no gana… pero muchas veces eso no es suficiente.
**Apoyemos en la lucha contra la corrupción y la violencia.