Durante años los científicos estudiaron el peculiar comportamiento de cierto tipo de águila (no recuerdo exactamente el nombre de la especie). Al llegar a cierta edad estos animales subían solos a lo alto de una montaña, agarraban vuelo con todas sus fuerzas y planeando a toda velocidad iban y se estrellaban contra los peñascos, unas ni siquiera sobrevivían el primer golpe. Acto seguido, volvían a agarrar vuelo y repetían el golpe una y otra vez, sangrando y malheridas como autocastigándose por algo. ¿Serán masoquistas? ¿Se tratará de un suicidio animal? se preguntaban una y otra vez los científicos sin encontrar respuesta a esta aparente contradicción al instinto de supervivencia animal.
Después de mucho tiempo y de mucha observación, por fin lo entendieron y aún así no lo podían creer. Con el paso del tiempo el pico de éstas águilas se va endureciendo y curveando hacia abajo como un gancho, lo cual hace imposible que puedan seguir cazando para alimentarse. Debajo de ese pico curvo, duro e inútil hay un pico recto, nuevo y joven listo para usarse. Sólo existe un pequeño detalle: "es necesario primero tumbar el pico viejo"... Entonces, para logar sobrevivir, se autoinflingen este dolor, con la posibilidad de que no sean exitosas y mueran en el intento. Algunas morirán al primer o segundo golpe; pero sólo las más fuertes, las más valientes lo seguirán intentando hasta que rompan ese pico obsoleto y después del sufrimiento que padecen, y la sangre que derramen habrá valido la pena porque podrán seguir cazando y vivir más...
Casi todos evitamos el peñasco, a veces ya estamos listos para "quitarnos nuestro pico viejo" eso que sabemos que ya no nos sirve, eso que solamente nos hace daño, eso que no nos deja crecer, eso que nos impide sobrevivir; agarramos vuelo y frenamos en el último momento, porque como cualquier ser vivo: evitamos el dolor. Los miedosos se quedarán con su "pico viejo", aunque a la larga terminen por lamentar su falta de valor.
"Sólo los más fuertes, aunque también tengan miedo y tengan que cerrar los ojos, lo lograrán. Se provocarán un fuerte dolor a sí mismos, difícil de soportar tal vez pero será un dolor pasajero. Porque el resultado es la supervivencia y la recompensa es la felicidad"...
Tú, ¿tienes miedo al peñasco verdad?
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