marzo 30, 2009

ALL U HAVE TO DO IS DREAM... (according to the Everly Brothers)

Después de 13 horas de sueño seguidas, y dada a la suma importancia que te he dado estos últimos días en mi vida, lo mínimo que pensé es que saldrías en mis sueños pero nomás no... Mi subconsciente decidió amenizar mis horas con historias de comida, problemas de trabajo y un que otro pasaje de "Vicky Cristina Barcelona" que recién vi. Solo pienso en dos posibilidades: a) mi cerebrito se está haciendo muy VIP y quiere filtrar sólo lo más importante y/o interesante para mis sueños, aunque a pesar de ser fan eterna de mi Javi Bardem; esta película, mi trabajo y otras cosas, no me parecen lo más importante del mundo (de la comida ni alego, guilty as charged), es decir opción a) descartada.... next. Posibilidad b) Mi subcon no te pudo encontrar...
Así es, esta opción es la más factible y sé muy bien porqué no te pudo encontrar. Yo sé perfectamente donde estás. Estás en playa, donde también estoy yo. Está el clima perfecto, el sol brillando, el mar calmado... Pero no estás conmigo, estás dentro de una cueva, oscura y fría pero ahí mismo en la playa. Camino en la arena hacia la cueva y me gritan mis amigos, me gritan "Débil" y volteo hacia ellos con tristeza... Volteo hacia ellos, se me salen unas cuantas lágrimas y sigo caminando hacia la cueva que ya me queda muy cerca...
Y ahí estamos, yo en la pura entrada y tú adentro. No me animo a entrar, conozco demasiado bien esa cueva como para arriesgarme a entrar otra vez. Es grande, sumamente fría, y se va haciendo tan ancha y oscura que llega un punto donde no puedes verte tus propias manos, no puedes oír los ruidos de afuera y no puedes hablar con nadie que esté adentro también, porque todos están tan perdidos y asustados como tú...
Extiendo mi mano hacia adentro con la esperanza de que la tomes, es mi mejor oferta. Tú la tomas y estamos a punto de salir, pero tienes miedo. Te trato de hablar, de convencer de que salgas a la playa conmigo. El día está precioso, la arena está blanca y suave y todo huele a mar. Y en eso.... me sueltas y vuelves a entrar. Tienes un miedo inmenso de salir, yo no sé que cosa tan mala te pasó afuera, pero estoy segura que nada comparado con lo que se siente estar en la cueva, porque yo misma he estado ahí. Pero ya no escuchas razones, prefieres estar solo y a oscuras y me ves por última vez con una mirada muy triste y pidiéndome ayuda. Yo tengo dos opciones: volver a la playa sola o entrar contigo y tratarte de sacar. El solo hecho de pensar en eso me da escalofríos, no soporto el olor y el ambiente denso que hay adentro. Soy una mujer fuerte, pero tú estás muy pesado, y se que jalarte es tarea difícil si no imposible...
A pesar de todo lo que siento por ti, doy un paso atrás, porque prefiero estar sola en la playa que contigo en la cueva.
Camino de regreso, hundiendo los pies en la arena, y me siento en la pura orilla, donde las olas llegan a mis pies. Sé de vez en cuando tendré la tentación de voltear y ver si te has animado a salir, y que lo hagas por tí y no solamente por mí...
Y mientras eso pase, aquí estaré disfrutando de la playa, y de mis sueños de trabajo, comida rica y si mi cerebrito se pone guapo... tal vez, solo tal vez si incluya a Bardem la próxima vez...

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