diciembre 14, 2005

KILOMETRO 45 LLEGANDO A HERMOSILLO

¿En qué kilómetro se encuentran? dijo la mujer que me contestó con voz maquinal. Me tardé varios segundos en recordar y entonces la imagen volvió a mi mente, como cuando te acuerdas de un pedazo de una película. Yo venía cantando una canción ochentera cuando el focus me rebasó en friega, probablemente a más de 160 kms por hora; le quería decir a mi amiga pero venía hablando con su hermana por celular y en eso voltié a la carretera y vi una nube gigante de polvo y el focus dando vueltas.
Bajé la velocidad todavía insegura de lo que había visto y marqué al 060 pidiendo una ambulancia y me hicieron un cuestionario que se me hizo eterno. Mi amiga gritó: hay un señor arriba del carro sangrando!! Me devolví lo más rápido que pude y cuando me bajé no podía creer cómo el carro que en perfecto estado me había rebasado, en unos minutos se había convertido en un acordeón de chatarra totalmente inservible. Me daba miedo acercarme, no lo niego, porque el carro estaba goteando algo y nomás faltaba que estallara o algo así (es lo último que faltaba para la escena de película).
Mi amiga estaba equivocada, las accidentadas eran dos niñas de 19 años, que venían de shopping de Tucsón. La conductora estaba más asustada que golpeada, temblaba como pollito, y tenía la sudadera llena de la sangre de su amiga. La amiga estaba inmóvil en lo que quedaba del asiento, bañada en sangre y los ojos muy abiertos y llorando, consciente de que no podía mover ni una parte de su cuerpo. Mucha gente, autoridades de todo tipo rodearon la escena, la mayoría totalmente inútil se bajaban a hacer 1 pregunta, tomar una foto o para mitotear. Mi amiga y yo fuimos las encargadas de calmar a las niñas, quienes se sentían cohibidas entre tanto federal hombre. Avisamos a sus familias, sacamos sus pertenencias (tuvieron que romper la cajuela) y esperamos con ellas la ambulancia. Mi amiga siempre estuvo al lado de la amiga más golpeada, animándola, dándole fuerzas porque sufrió muchísimo cuando la subieron a la camilla. Antes de que la subieron le gritó casi en una orden: Ponte enfrente de mí!!, es que te quiero ver la cara!! , la pobre no podía girar el cuello y no sabía quien la había estado consolando por más de una hora. Nos despedimos con abrazos a perfectas extrañas, con la promesa que cuidaríamos sus cosas hasta que el papá de una fuera por ellas.
Mi amiga y yo nos quedamos solas, cuidando un montón de chivas ajenas, en medio de la carretera, no quedaba nada ni nadie, ni siquera el focus. Nos quedamos reflexionando de los accidentes, la vida y de qué le íbamos a decir al super precupado papá que llegaría en unos minutos. El tal papá preocupado llegó mucho más tarde de lo esperado, casi puedo decir que llegó chiflando, yo ya estaba preparando mi speech mentalmente porque soy mala para hablar en situaciones así, pero no fue necesario, ya que después de presentarse me hizo la primer y única pregunta: Mijita, de casualidad bajaste mi Ipod??... mi amiga y yo nos quedamos mudas y nos repitió: Si, un Ipod que venía en la guantera, si lo bajaron no??...
Todo el camino a Hermosillo me sentí triste y enojada...

4 Comentarios:

A la/s 2:53 a.m., Blogger Tita dijo...

Qué iPod era? La nano? ja,ja,ja... no la neta que estupido el viejo...

 
A la/s 9:03 a.m., Blogger José dijo...

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A la/s 9:04 a.m., Blogger José dijo...

QUE, QUE??? no lo bajaron????? que malas, no saben hacer un favor bien...

 
A la/s 8:16 p.m., Anonymous Anónimo dijo...

Yo creo que era el Ipod de video de 80 gygas, puede ser que haya tenido videos pornos el senyor ke le importaban

 

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