octubre 22, 2005

DUDE… I NEVER THOUGHT THAT'D HAPPEN TO ME…

Nunca pensé que me fuera a pasar a mí. Jamás cruzó por mi mente, ni vagamente, la idea de que eso lo fuera a vivir yo y nadie más. En mi mundo perfecto, en mi burbuja de cristal no se podía concebir que ni en las más remotas circunstancias yo fuera ser la culpable de semejante estupidez.

Cuando era pequeña, mi familia y yo íbamos de compras a los Estados Unidos. Ya saben, esos típicos días maratónicos en los que no descansas hasta que has acabado de sondear bien el terreno, comprar en las mejores baratas, acabarte todo tu efectivo, sobregirar la tarjeta de crédito y hasta casi vender tu alma al mismito diablo con tal de obtener aquella blusa tan linda que se vería perfecta con el par de pantalones que adquiriste en la ganga pasada.

Al terminar el día, agotadas de tanto caminar pero con la satisfacción de haber obtenido lo que tanto habías buscado en la cara. Esa sonrisa semi-dibujada en el rostro que irradiaba un placer inigualable al mismo tiempo de que los ojos se iban cerrando lentamente al caminar hacia el carro. De pronto, la superficial alegría se borra de nuestros rostros al escuchar las palabras de mi madre:

Mamá: “Nos robaron el carro! Gordo… nos los robaron, te dije que no lo estacionaras ahí!”

Mi papá totalmente relajado, “jactándose” de la situación con esos ojos de niño travieso nomás responde.

Papá: “Mujer, estamos en el segundo piso y no en el primero”

Sí mis queridos lectores, eso me sucedió a mi el día de hoy. No pensé que alguien se hubiera querido robar mi carro pero lo que si estaba segura es que no lo encontraba. Llegué al centro comercial con mi roomate, cada quien en su carro porque teníamos que ir a otros lados después de las compras y sin poner atención, cada una se bajó de su vehículo platicando acerca de las futuras adquisiciones para la tarde.

Terminé mis compras y salí apurada para cortarme el cabello… “Dude, where’s my car?” siempre pensé que era una película demasiado estúpida pero la tuve que aplicar. Caminé y caminé y ni rastro de mi Sentrita hermoso. Pensé en preguntarle a seguridad pero me dio vergüenza decir: “I’m sorry officer, I think I’ve misplaced my car!” decidí hablarle a mi roomie y por supuesto la sarta de majaderías:

Roommie: “Qué pendeja estás!, no puede ser que no te acuerdes, te sales por “Le Madeleine”, cruzas la calle y ahí luego luego a tu derecha.”

Intenté seguir las instrucciones pero… fueron en vano, perdí mi cita para el corte de cabello y decidí comer en el mall con mi roomate. Terminamos de comer y por supuesto le dije que ni de chiste me iba sin ella porque necesitaba encontrar mi carro.

POR SUPUESTO… no encontramos el carro hasta después de veinte minutos… tanto que me pendejeó y ni ella lo encontró.

5 Comentarios:

A la/s 12:28 p.m., Anonymous Anónimo dijo...

Ayy Marthita, de veras que nomas a ti te pueden pasar esas cosas. Uno ni haciendolo adrede puede esperar encontrarse en una situacion como esta. =P

Creo que ya te voy a tener que dejar de hablar porque por lo visto te traigo loquita y pues no es tip que te esten pasando estas cosas a cada ratito no???

Jajaja

BTW, Life happens!

 
A la/s 12:53 p.m., Anonymous Anónimo dijo...

hubieras esperado a que todos se fueran.
:D

 
A la/s 8:32 p.m., Blogger Tita dijo...

Lo consideré pero... eran apenas las 2 de la tarde y cierran el mall hasta las 9 o 10.

Lo bueno es que hoy fui, y lo encontré luego luego...

 
A la/s 12:48 p.m., Blogger José dijo...

Marthita, tuviste lo que los doctores llaman un "lapsus pendejus" nooooo maaaaaameeees ya ni yooooo eso si no me ha pasado a mi.....

 
A la/s 1:56 p.m., Anonymous Anónimo dijo...

me da heuva registrarme pero da gracias que no estabas en disneylandia

 

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