DUELO DE TITANES

Cuando era pequeña, me gustaba levantarme muy temprano para ver todos mis programas favoritos. Desde “El Espacio de Cositas” para fomentar mi habilidad creativa, así como unas clases de matemáticas en dónde salía un pseudo-robot que enseñaba de manera muy sencilla el cómo sacar la medida de la hipotenusa así como la famosa raíz cuadrada (sin calculadora) que muchos soñábamos en la primaria.

Algunas otras de las series que me encantaba ver eran “Candy” y “Sandybel” con las que lloraba tardes enteras (yo creo que fueron las predecesoras a las telenovelas mexicanas). “Josefina” a la que siempre imaginaba flotando en un vaso con agua. “El diamante mágico” que me hacía pensar que me podría convertir de una niña de 10 años a una mujer curvilínea que era profesional en lo que se me viniera en gana.

Tampoco puedo dejar atrás a “Los Felinos Cósmicos” o mejor conocidos como “Thundercats” que cuya espada del augurio me dejaba ver más allá de lo evidente y al convertirme en Cheetara podría correr largas distancias a toda velocidad. “Los Halcones Galácticos”, “Mazinger Z” (con torpedos que salían desde el pecho), “Sport Billy” (el de las alas en los pies) y cómo poder olvidar a “Los Transformers”.

Sé que voy a sonar “muy niño” pero me podía pasar tardes enteras jugando a que me transformaba en algún carro de carreras (por supuesto que mi detallado era rosa con azul pastel) y que podía tomar forma semi-humana cada vez que fuera necesario.

¿A qué viene toda ésta introducción? A que fui a ver “The Transformers” y a todos los que veían esas caricaturas… se las recomiendo. Tal vez no sea el mejor guión, porque eso de salvar al mundo no creo que tenga demasiado contenido; pero los efectos especiales, MIS RESPETOS. Me encanto el poder ver “en carne y hueso” a personajes que hace 20 años sólo existían en una sola dimensión.

Es una película 100% de acción y ciencia ficción (por supuesto) pero no pueden dejar de ver cómo esos autos deportivos o transportes militares se comienzan a erguir frente a tus propios ojos para entablar así un acalorado duelo. El sonido, la imagen nítida, la acción… todo fue una experiencia que me enchinaba la piel nomás de ver las imponentes luchas.

La recomiendo…

P.S. ¿¿¿Me voy a ver bien freak que Optimus Prime se me hizo súper sexy??? He turned me on baby!